domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Cuándo el conflicto en el trabajo en algo bueno?





Normalmente tendemos a evitar los conflictos, no solo en el trabajo sino que también en todos los dominios de la vida, y esto es así por cuanto tenemos el juicio que el conflicto tiene una connotación negativa que es además destructiva.  Pero esto es solo un juicio el cual puede estar fundado en realidades que nos ha tocado vivir directamente o por la experiencia de otros, pero no tiene por que ser así muy por el contrario podemos verlo como una oportunidad y de eso se trata nuestra propuesta.

El conflicto es parte inevitable de la vida organizacional – así como lo es también inevitable a nuestro alrededor en el mundo natural. Y así como en el mundo natural, no es un evento negativo – muy por el contrario puede ser una fuerza conductora de grandes cambios.
En las organizaciones, un buen ejecutivo tiene la oportunidad de medir y moderar el conflicto, para asegurarse de que conduzca a cambios positivos – con beneficios significativos que están en juego si el equilibrio adecuado es logrado.

Como dice la Dra. Veronica Burcke, “El efecto de un elevado nivel de conflicto conduje a un menor nivel de comunicación de las partes en conflicto, escalando la agresión, y los estereotipos negativos que conducen a deteriorar las relaciones laborales. Por otra parte, pocos conflictos puede significar que los grupos e individuos toman decisiones en cuyo proceso fracasan en tomar en consideración piezas de información vital, causando apatía y complacencia”.

Ella señala “ Moderados niveles de conflicto pueden traer beneficios significativos. De hecho los conflictos pueden ser impulsores del cambio. Adecuadamente gestionados, puede ayudar a las personas a ser mas innovadores, construir equipos de trabajos mas efectivos y mejorar la gestión”.

Lo anterior no conduce a que los ejecutivos actuales requieren imperativamente desarrollar competencias de negociador y mejorar su capacidad de escuchar a los otros.

Podemos siguiendo a Thomas y Kilmanss, presentando los 5 estilos de manejar los conflictos, de forma que las personas puedan comprender como cada uno de dichos enfoques pueden impactar en las dinámicas de los grupos y las relaciones interpersonales:

Competitivo: Asertivo y no cooperativo – cuando un individuo persigue sus preocupaciones a expensas de las de otros.
Acomodaticio: No asertivo y cooperativo – el individuo descuida sus propias preocupaciones a fin de satisfacer las preocupaciones de otras personas
Negador: No asertivo y no cooperativo – la persona descuida sus propias preocupaciones así como las de los otros.
Colaborador: Asertivo y cooperativo – intenta trabajar con otros para encontrar la solución que satisfaga la preocupación de ambas partes.
Comprometido: Moderadamente asertivo y cooperativo. El objetivo es encontrar una solución que considere que cada uno renuncia a parte de lo que quiere.

La gestión adecuada del manejo de conflictos requiere procesos de decisiones tranquilas que permitan acumular conocimiento sobre el conflicto y las partes involucradas y la habilidad de utilizar el estilo de aproximación dependiendo de la situación.

Sin embargo, cada uno de nosotros tiene un modo preferido de abordar el conflicto. Cuando estamos bajo presión – o enfrentamos reacciones emocionales fuertes – somos proclives a utilizar uno  o dos estilos preferidos los que puedes ser inefectivos respecto a la utilización de todo el espectro.

Es valioso recordar que las situaciones conflictivas son dinámicas en la naturaleza. Ellas cambian de dirección, dependiendo del comportamiento de las partes en conflicto. Utilizando como escenario los “que pasa si” es una forma útil de anticipar y gestionar conflictos de forma de obtener el mejor resultados para todos los incumbentes.

Se ha desarrollado el siguiente set de preguntas reflexivas con le objeto de ayudar a los ejecutivos a pensar de forma critica sobre su comportamiento en los conflictos, y en el tiempo, desarrollar sus capacidades para obtener resultados productivos:

1.    ¿Qué paso y por que el conflicto es significativo para usted?
2.    ¿Cuáles son las posibles causas del conflicto?
3.    ¿Qué fue lo que hizo y por que?
4.    ¿Cuáles fueron las consecuencias del enfoque que usted adopto?
5.    ¿Si usted se enfrentara nuevamente a la misma situación, Que haría diferente para mejorar el resultado?

Trate de identificar patrones a través de las situaciones, ¿tiende a adoptar enfoques similares en cualquier tipo de situación conflictiva?.

Reflexionando en los conflictos del pasado, y prendiendo de ellos – los ejecutivos obtendrán competencias de habilidades negociadoras, moderando conflictos de diferentes tipos y niveles de forma de mejorar la gestión organizacional.


Este árticulo tiene como referencia trabajo publicado por la  Dr. Veronica Burke.